Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sedentarismo se refiere a cualquier comportamiento caracterizado por un gasto de energía cercano a 1 MET (equivalentes metabólicos de una tarea), por lo tanto, un hábito sedentario viene a ser una actividad mínima como estar sentado, acostado o ver televisión. 1 MET es el consumo de oxígeno mínimo que el organismo requiere para mantener sus constantes vitales. Cuando una persona pasa la mayor parte del día sentado sin realizar actividad física, es considerada sedentaria.
La inactividad física es un concepto distinto, el cual se refiere al no cumplimiento de las recomendaciones mínimas internacionales de actividad física para la salud de la población: al menos, 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de actividad física vigorosa.
Tanto el sedentarismo como la inactividad física pueden generar problemas significativos para la salud, ya que son factores de riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares como, por ejemplo, un infarto cardiaco o un ataque cerebrovascular.
Sumado a lo anterior, el sedentarios y la inactividad física conllevan mayor riesgo de tener hipertensión arterial, diabetes, obesidad y colesterol elevado.
Según la Organización Mundial de la Salud, la inactividad física es uno de los problemas más importantes de la salud pública ya que afecta a millones de personas en todo el mundo y es considerada el cuarto factor de riesgo de muerte más importante a nivel internacional.
Si tienes un hábito sedentario y deseas empezar a hacer ejercicio, es recomendable realizar previamente la realización de una evaluación médica, para pesquisar posibles patologías y condiciones de riesgo, para velar que el inicio del ejercicio se haga de manera segura. En Clínica Universidad de los Andes contamos con una Unidad de Medicina Preventiva, la cual, mediante un chequeo de salud integral, se busca identificar factores de riesgo y enfermedades prevalentes en etapa asintomática, momento en el que un adecuado manejo puede revertir enfermedades, o bien, disminuir y retardar sus consecuencias. En los pacientes sin enfermedades, se promueven estilos de vida saludables y, en aquellos que presentan patologías, se les realizar un plan de manejo por el médico de la unidad o se derivan a otros especialistas cuando corresponde por su complejidad.